En Zona

jueves, 2 de febrero de 2017

Un aire a gloria

Acabó enero y llega el castigo orgánico de este gobierno extranjero. Aumentan las tarifas y el pobrerío que se embrome.El de a pie que siga a pie, que se salve como pueda. Que se olvide de sus mejores años. Que abandone su terquedad, que se una silenciosamente al río humano de desposeídos y se ahoque en lo posible.
Aumentan las tarifas de todo y aumentan las desgracias también de casi todos.
Mientras tanto los que se quejaban de la no existencia de tampones, corega y otras sutilezas, como los vasos de plástico de Starbucks, miran para otro lado.
Aplauden el secuestro de Milagro Sala, ya conocida en todo el mundo. Los dichos provocativos de un ex carapintada hoy en el gobierno.
Entonces se quejan de la prohibición de hacer toples, el cuerpo es para mostralo y esas cuestiones, mientras el gobierno extranjero se roba 17 mil millones de pesos del ANSES. Los jubilados que se mueran de una vez.
Y así sigue.
La nostalgi de tiempos mejores, la idea del pasado eterno. El avión negro que traía a Perón a cada rato. Eva demandando por una justicia social decidida. Mercante gobernando la provincia hasta ser el mejor gobernador de la historia de esta provincia de la oligarquía ganadera, vaga e indolente.
El pasado perpetuo el que demandó sacrificios, sudor, sangre y mala sangre. El que se llevó a los mejores de una generación entera.
El pasado como pregunta o como cicatriz, acaso.
La pugna entre dos conceptos de país, vuelve a ser la piedra fundamental de estos momentos.
Marginados, presos, perseguidos por el palabrerío estéril y frenético de las clases más "europeas" de este país que desprecian al pobre. Que se persuaden de ser los mejores, aunque sean asalariados y no patrones ni dueños.
La justicia solo muerde a los descalzos y los descalzos vamos siendo mayoría en este territorio forjado sobre el contrabando y la dependencia. Los descalzos de todo nombre nos vamos conformando con que mañana sople por fin un aire de gloria.
Como siempre compañeros del alma, que no sea nada y sepamos que si a estos no los despeina el viento los despeinará la historia.

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