En Zona

viernes, 25 de noviembre de 2016

Marcos Ana poeta








Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.
Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.
Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.
Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.

Se ha muerto un poeta, ya el mundo es más ancho, está más vacío, más solo, lento, en pleno viraje al gusano. Su nombre era el nombre de sus padres, fue el preso político más preso por más tiempo en la dictadura ciega y negra y católica de Franco y los suyos. Se murió un poeta y hoy el mundo enmudece un poco más, se pone más gris y llueve despacio la lluvia que camina descalza.
¿CÓMO ES LA VIDA?
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río,
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?
Veintidós años… ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma…
Escribo a tientas: “el mar”, “el campo”…
Digo “bosque” y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario).


Mientras tanto el mundo sigue andando. Comenzó a hacer calor. A veces pasan hombres de a caballo por esta calle. El tiempo baila. La memoria es el único escondite que nos sigue a todos lados. Los días son ya más largos. Pero un poeta ha muerto y eso detiene el mundo a la hora de la siesta, la hora de las moscas. Se llamaba Marcos Ana, fue el preso más eterno de la barbarie en un país lejano. Escribió para nosotros y eso nos queda a nosotros en estas horas muertas.

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