En Zona

martes, 1 de junio de 2010

Alice Munro: a propósito de Secreto a Voces

La lectura tiene sus cosas. Esta por ejemplo, la de dejarnos llevar de la mano, hacia sitios profundos de nosotros mismos y que necesitan un viaje interminable, un desprendimiento audaz de nuestras vidas secretas, aquellas que llevamos todos a cuestas y que a veces, resurgen y nos hacen cometer actos, debajo de nuestras vidas apacibles, aparentemente apacibles, algunas cosas que nos obligan a arrepentirnos pero no renegar de ellos porque sabemos, que no podemos obrar de otra manera.

¿Qué es esto? La sensación que produce la lectura por ejemplo de estos cuentos de la canadiense Alice Munro. Escritora hoy por hoy, considerada una de las mejores del mundo de habla inglesa.

Cada cuento de este libro, funciona como una novela, una pieza de relojería que nos va descubriendo poco a poco, esa secreta pasión por la lectura, ese maravilloso viaje desde las costas de una cierta normalidad administrativa, que demasiadas veces son nuestras vidas. Cuentos ejemplares, que sitúan a la escritora en uno de los lugares predilectos en donde florece el talento.

Cuentos en donde se mezcla la vida. Que se parecen a la vida misma, en donde se entrecruzan aparentemente historias que no tienen nada que ver entre sí, pero que son historias de uno.

Las mujeres de Alice Munro desertan de pronto, huyen, se entregan a otras historias algunas eróticas, otras no. No son mujeres exactamente buenas ni positivas, tampoco son lo contrario. Saben que cualquier elección tiene un precio muy alto que pagar y que lo más deseado en el fondo, puede ser demasiado malo o dañino para los otros. Padres, maridos e hijos, que quedan en el camino de la búsqueda eterna y que en muchos casos solamente esperan o han aprendido a hacerlo, mientras ellas, de alguna manera ejercen el control sobre sus vidas sin importarles jamás el resto.

La estructura de estos relatos es de una complejidad apabullante. En algunos cuentos el tiempo no es cronológico y en otros los personajes suelen ocupar por turnos el centro de la narración hasta conformar un cuadro detallado que con el transcurrir de las palabras se vuelve cada vez más comprensible para nosotros.

Sucede que el tema central de estos cuentos formidables es el poder. El puro poder oculto y bien visible que somete en una lucha despiadada a los géneros. Nudo central en la contundente visión de Alice Munro, quien no necesita más que dos o tres frases clave para definir o sostener gran parte de la lógica del argumento.

Munro a través de su escritura limpia, logra la claridad perfecta en las percepciones, hace revivir los pormenores de cualquier objeto vulgar y transmitirlo en un tono de voz, con las singularidades del habla de alguien.

Cuando uno, lee la primera línea de un cuento suyo uno presiente que ha ingresado en un mundo limitado por las formas, pero en un paisaje ilimitado, casi infinito y es de agradecer, siempre que un autor te lleve de la mano por historias, que son como nosotros y que en el fondo como nosotros mismos, somos limitados o infinitos.

Munro en secreto nos introduce en un mundo de puro realismo, pero lo hace manejando la magia seria, dolorosa e irresistible.

Algo que no es poco.

Un libro entonces para celebrar la buena literatura que se agradece siempre. Siempre.

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