En Zona

jueves, 19 de mayo de 2011

Los desconocidos de siempre


Indignados. Maravillados de ser tantos. Estupefactos por la ligereza con que los políticos se toman todo. Hartos de ser robados por bancos y organismos internacionales. Humillados por la falta de trabajo. Concientizados a fuerza de ser siempre la variable de ajuste de cuanta crisis acecha. Sobrevivientes de tanta mentira institucionalizada. Enojados por estar en el paro. Alegres de enfrentar tanta lluvia juntos. Organizados en su ternura.
Así en la Puerta del Sol, en el centro de Madrid, siguiendo ejemplos de dignidades ancestrales, comenzaron a desafiar a la policía y a la justicia. Están ahi. Siguen ahí.
Acampados diciendo alguna verdad. Que suena como una especie de mantra. La moral de lucha sube desde el sur, viene a decir una sola cosa: los silenciados de esta crisis, tienen voz. Con ella, llaman la atención de políticos aferrados a sus sueldos y prebendas. Sin porvenir por delante, los habitantes de esta plaza rechazan las reglas del juego establecidas.
Digo.
Un país capitalista, que debe hacer ajustes. Recortes y otras indicaciones de otras naciones capitalistas pero más fuertes que esta, tienen un coste, una costra que deben arrancar de cuajo. Es que hay que acabar con el estado de bienestar, deben dejar en el camino todo ese lastre, que en definitiva son personas, pero que molestan porque como personas son impredecibles y por lo tanto, se los necesita para votar y nada más.
Rodeada la multitud en la Puerta del Sol, por policías, por carros de asalto de la guardia pretoriana del sistema, aventuran una posible salida. Represión, palos y persecuciones. Que el domingo se vota y que los buenos ciudadanos, no pueden tolerar semejante esperpento.
Los indescifrables de la sociedad, los números o los datos, son personas. Personas al fin y al cabo. Personas requeridas para las fechas de elecciones y después a olvidar. Personas que hartas en su hartazgo, decidieron salir a la calle. Ese territorio de todos, pero que siempre está vedado por el bien común.
Entonces como alguien decía hace mucho, los grandes cambios suelen producirse cuando falta el pan en la mesa.
Grecia es un incendio, Portgual tambalea, Irlanda no se recupera, Islandia combate con cástigos a sus políticos tenaces y ahora España busca a su manera, decir con otra voz, cada una de las injusticias que la globalización viene imponiendo desde que a los vaqueros se les ocurrió, para almacenar más y más.
Digo.
El hartazgo del ciudadano de a pie, es palpable. La desconfianza con sus políticos inoperantes hace, que como en el nuestro cuando se decía que se " Vayan todos", que nos sacudió profundamente después de echar a un presidente inoperante y sus secuaces traidores. Esto es casi lo mismo pero por ahora diferente. La cosa asamblearia tiene su vigencia y también sus carencias, pero en este momento, tiene la fuerza necesaria para sacudir el reino hasta casi sus cimientos.
Diferente, porque los níveles de pobreza no se han disparado todavía como en Argentina. Diferente, porque la construcción de la política viene de la mano de la toma de decisiones. Si bien Puerta del Sol, no es el mayo francés, la emoción planea por sobre los cielos de diferentes ciudades de la península.
Porque no son solamente jóvenes rebeldes y hartos. Son trabajadores en el paro, son amas de casa, jubilados, inmigrantes afincados aquí, gentes de distintas raleas que suman sus enojos.
Falta entonces la política. Por ahora es puro impulso. Es alocada rabia, disgusto en un país tipo jardín de infantes. Ya vendrá la política, la construcción de nuevas herramientas que desaloje del poder y del reino a tanto ladronzuelo profesional, con buenas corbatas y mejores trajes.
La crisis es ésta. Llegó y dejó pataleando en el aire a la gloriosa clase media, que vivió una fiestita propia de consumo y de festejos. Ahora, como ocurrió en el sur las cuestiones deben comenzar a dirimirse de otra forma.
Algo que no dejan de mirar los atontados analistas ni asesores, es que estas personas que ocupan la plaza del Sol desde hace días son o eran solo desconocidos. Desde hace días ya no lo son tantos. Un paisaje en el cual ninguno percibió los cambios de humor y de color del mismo.
Están acampados en la plaza, son miles por momentos. Estarán ahí hasta el domingo, desafiando a los prudentes, a los burgueses y a los acomodados de siempre. A lo mejor y como decía el título de una película entrañable son solamente los desconocidos de siempre, aquellos que han vuelto a descubrir sus propias voces, su propia fuerza y sus ganas de ponerse de pie para desafiar un destino que siempre fue una especie de mentira impuesta.
Entonces amigos, nos estamos viendo en la Puerta del Sol, mientras comienza a cocinarse otra historia.

1 comentario:

  1. "Organizados en su ternura...y alegres de enfrentar tanta lluvia juntos"
    buen copete para esa plaza...para otras plazas...

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