En Zona

sábado, 4 de febrero de 2012

A solas con tanto invierno

Ahora que el frío arrecia, que la vieja dama indigna, se topa de lleno con los vientos siberianos, con las temperaturas desangeladas que nos tienen rodeados en nuestras respectivas casas, descubro un gusto nuevo, placentero, solitario y silencioso.
Las calles se desocupan temprano, los ciudadanos comienzan a guardar lo poco que va quedando en el fondo de los bolsillos, algunos mastican la impotencia del futuro negro que se nos viene como una manta vieja. Quedan en los labios y en los cuerpos los sabores de una derrota que será mucha más larga que todas las derrotas anteriores. La palabra en el fondo es fascista. En el margen quedan los nuevos abandonados que ya no tienen palabra alguna y en el centro, los poderosos que con buena publicidad, siguen vendiendo el entretenimiento adecuado para que las jaurías disfruten tontamente con el último artilugio de moda.
 Ahora que todo se pone gris casi de ausencia, retomo ese placer solitario por la relectura, me asombra por ejemplo recuperar a Elías Canetti, de salirme de ese supuesto lugar de los correcto. De volver a leerlo y escucharlo como hago con un viejo amigo. Casi olvidado, en secreto, este escritor sigue intacto, por lo menos para mí. Están sus libros al alcance de nuestras manos, está su mirada detenida en su propia vida, recorriendo los contornos de algo que ya no existe, de un mundo que poco a poco, se transformó en una pesadilla. Recorro su evocación sobre su infancia, su adolescencia y su primera madurez. Están ahí al alcance de mi mano, "La lengua Absuelta" o "La Antorcha en el Oído", libros exquisitos, definidos en sí mismos como pequeñas obras de arte, pequeñas sutilezas que sirven para descubrir, a un escritor que poco a poco, cayó en el olvido. Exiliado por el marketing, por los fulgores de las modas, Canetti resiste a fuerza de talento. Este escritor sintetiza como pocos el auge y la caída de un imperio en el centro de Europa del cual salieron muchos, demasiadosi se quiere, pero en donde la inteligencia era la mujer más bella del baile de fantasmas en el que habría de transformarse este viejo continente.
Releo con la impronta de la emoción, con el aleteo del descubrimiento, que página a página me abstrae del silencio de una ciudad paralizada por el frío siberiano, porque siempre como dicen los promotores de la nueva vida en regla, lo malo, todo lo malo suele venir de oriente, entonces con bufandas, gorros y mitones, aquellos audaces, los de siempre nos arriesgamos a cruzar el helado color de la tarde que muere en buena compañía y creciendo como crecen las cosas buenas.
Con  mi viejo amigo Canetti  me caliento el alma, como un buen fuego, como el mejor vino de todos, ese que todavía nos espera en alguna mesa tendida por manos amorosas y leales.
Digo.
A España le quedan por delante cuatro o tal vez ocho años de aburrimiento. De saqueos y desmesuras bien ibéricas. A Garzón lo juzgan los asesinos y nada se derrumba. Los ingleses llaman colonialistas a los argentinos y nadie se sonroja y nada se conmueve. Los fascistas quieren derogar la ley del aborto a pesar de haber bajado los índices de intervenciones y volver a castigar a la mujer a los abortos clandestinos como manda en este infierno tan temido la santa iglesia y a nadie le tiembla la vida.
La derecha sigue vendiendo la no política, como la meta del paraíso, la izquierda no encuentra la dirección correcta del viento que sopla delante del monstruo. Uno de los nuevos jerarcas dice que tener el mismo trabajo toda la vida es demasiado aburrido, por lo tanto cambia las reglas del juego y los trabajadores volverán a vivir el siglo XIX, con Ipad, consolas y grandes rebajas.
El FBI cierra un portal, Megaupload, no porque se bajen músiquitas los salvajes de siempre, sino porque alguien, allí, en ese sitio comenzó a ofrecerle a los musicos, a los creadores, cosas que la gran industria no les ofrecía. La policía ni corta ni perezosa se puso a las órdenes de la industria y hacia allí fueron. El negocio, ya se sabe siempre es de los poderosos.
Ahora los gobiernos quieren el control total de la red. Quieren ser los dueños del poder, de todo el poder. Deberíamos leer más en detalle los alcances de la ley que quieren los Obama para darnos cuenta del mundo que quieren para nosotros. La sopa está servida o eso pretenden.
Mientras tanto, desangelados, el resto trata de tomar una porción de los restos que los alcahuetes, policías, curas, políticos y banqueros entre otros nos van dejando como migajas a las palomas.
Por estos días y con ganas de alborotarme más, descubro la nueva novela de Javier Marías. Me deslumbro leyendo nuevamente a uno de los grandes escritores de estos tiempos. Un trabajo que me cobija y que me obliga a la disparatada ilusión del alterne. Ese yo femenino que narra esta historia, descoloca y somete al lector a ese juego siempre exhuberante, siempre solitario del talento. Marías, como pocos autores logra descolocar a sus lectores. Yo entre tantos otros, vuelvo a caer en su red y lo dejo hacer. Una historia en donde, todo viene desde tiempos lejanos, desde otras lecturas, desde otros misterios. La verdad se sabe nunca se puede saber de manera exácta, de forma terminante ni siquiera aquellas que creemos nuestras, que nos provienen de nuestros pensamientos, de nuestras certezas aparentes. El enamoramiento tiene que ver con esto, tiene que ver con nosotros y nuestras ridículas pretensiones de abrazarnos a ese primer instante del amor, que creemos, siempre estará con nosotros, para hacernos mejores pero también para hacernos ruines y malos con ganas. "Los Enamoramientos" es un nuevo paso que el autor después de la rotunda y notable "Tu Rostro Mañana" da en esa especie de búsqueda solitaria que es la creación de un escritor que hoy por hoy es uno de los más notables escritores españoles de estos tiempos.
Vale la pena recorrer la vida o los pasos azarosos de María Dolz, la protagonista de este nueva entrega de Javier Marías. Vale la pena descubrir los mecanismos que circulan por ella con maestría y talento. Un buen libro para esas noches en donde uno se merece a sí mismo con toda la fuerza y todo el ardor posibles.
A pesar del frío, la literatura sigue venciendo a los descabellados monstruos que nos rodean, pero como alguien dijo en algún momento: "Estamos rodeados y son para peor".

4 comentarios:

  1. Bueno como siempre Martín.

    Saludos desde Mar del Plata, Paco Martínez (primo de tu lado materno)

    Abrazo.

    frmartin2@msn.com

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  2. Acabo de terminar la novela de Javier Marías. Aunque no es mi preferida o dice muchas verdades sobre el estado de enamoramiento. Me gusto la narración que es finalmente lo que nos pasa por la cabeza en pocos minutos, en pocos segundos frente a una situación ... esa permanente imaginación y adelanto de lo que se piensa, de lo que se puede decir, de lo que se quisiera escuchar.
    Mi resumen es un párrafo de la página 166 que dice "...Lo que pasó es lo de menos. Es una novela, y lo que ocurre en ellas da los mismo y se olvida, una vez terminadas. Lo interesante son las posibilidades e ideas que nos inoculan y traen a través de sus casos imaginarios, se nos quedan con mayor nitidez que los sucesos reales y los tenemos más en cuenta..."

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    Respuestas
    1. A mi, Mireya, lo que me gustó mucho de esta novela es la visión de un hombre escribiendo como una mujer y describiendo, cosas, cuestiones que muchas veces a nosotros los hombres suelen escapársenos. Detalles, sensaciones, tiempos, lo útil y lo necesario. En fin, gracias por tu aporte.

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