En Zona

jueves, 26 de julio de 2012

Los Anti

Desde el silencio mismo que confluye en cualquier noche de estas, surgen de improviso cuestiones que tienen que ver con la impronta de un país. Este país, que conmueve y que alarma por, siempre, motivos que se acuñan en una postura, en otra dimensión de esa intención de barbarie que siempre llevan adelante los civilizados.
Los medios de comunicación, los sectores del poder liberal y entreguista que se niegan a la realidad, a la única realidad que nunca da pasos atrás. Que avanza y que conquista.
Cuando el crecimiento de este país, en los últimos tiempos, estos traidores hablaban de "viento de cola" de la economía mundial. Ahora, dicen que la desgracia, es tener un estado tan grande y desmesurado.
Sueñan con un gobierno de blancos para blancos. Son reaccionarios, se apuran a describir el reloj que tiene en su muñeca la presidenta, antes de fijarse en los pasos dados por este gobierno.
Ayer, por ejemplo, por primera vez en muchos años, el estado, adjudicó, por sorteo casas para aquellos que no tienen. Ni bancos privados ni magos de la nada, el estado se encargar de la construcción y la entrega de estas nuevas casas para los que no tienen. Los créditos los entrega el estado. Porque la vivienda digna, es un derecho.
No hay especulación, solamente una política social.
Los anti, mientras tanto, sueñan con que el "negraje" vuelva a sus ranchos, a sus cuevas y se dejen de embromar. Que la política es cosa de señores, que apuestan por la destrucción del país. Tienen miedo por ejemplo que en la madre patria, después de este desastre que viven, aparezca un tirano, que encima gane elecciones y arregle las cosas, que los fascistas de siempre se han encargado de arruinar.
Mientras tanto por estos barrios, claman por un dólar libre, que los haga libres. Claman por menos planes para los que menos tienen. Piden libertad, mientras los medios de comunicación hegemónicos siguen mintiendo, tersgivesando una realidad que ya no coincide con lo que el hombre de a pie, comprueba todos los días a la hora de salir a su trabajo.
Mienten, arteramente. Denuncian cosas que después no prueban. Adelantan posibilidades de un futuro oscuro, que luego no se producen. Alimentan el malhumor y eorisonar un poder, que les plantea desde ese poder democrático, una nueva mesa de discusión.
Engañan a sabiendas, que en otro sitio no ganan ni siquiera jugando solos.
Sueñan con el escarmiento. Anuncian la miseria que vendrá en los próximos momentos. Y nada. No encuentran un político capaz de hacer frente a esta marea y sueñan con generales o ejecutivos capaces de poner el orden necesario para encarrilar este especie de paraíso fascista, que siempre tuvieron.
No tienen periodistas, tienen militantes de la antipatria a sueldo.
La pobreza conceptual de ciertos medios de comunicación: Clarín y La Nación, por ejemplo es abrumadora.
No hay teoría ni ensayo ni acercamiento a una política superadora. Entonces, se abren las compuertas de estos alcahuetes a sueldo, estos fiscales de la derrota, que sueñan con imponer sus lineamientos en una secuencia de mentiras a destajo.
¿Llama la atención? Casi no. Los grandes medios del planeta, son solo empresas que buscan réditos económicos.
No difieren en ningún país.
Digo.
Hoy se cumple un aniversario más de la muerte de Eva Perón. Evita. La memoria popular le otorgó un sitio.
Ese sitio le pertenece, por esa entrega a un ideal, por esa manifestación de oposición a un estado de cosas, que eran el perfil de un país, con una clase dominante, enemiga acérrima de ese pueblo, que no encontraba el camino en una marcha de postergaciones. Evita encontró a ese pueblo y desde ese reclamo, combatió contra ese sistema civilizatorio que excluía a la mayoría.
Fue odiada en vida y ultrajada después de muerta. Entregó todo lo que tuvo, su vida en pos de una idea. Avanzó sobre el concepto de la erradicación de las desigualdades imperantes en esa nación agropecuaria, rica y tilinga que gobernó este país desde siempre. Clamo por los que nada tenían y por ellos, de alguna forma, entregó su vida.
Cuando los enemigos de esta mujer, supieron de su cáncer, escribieron de noche en las paredes de esta ciudad orgullosa: "Viva el Cáncer".
Cuando los asesinos, tomaron el poder, ultrajaron el cádaver de Evita. Lo lastimaron y terminaron ocultándolo.
Creyeron que robando un cuerpo, una cáscara vacía, acababan con el mal.
Ninguno de los supuestos partidos democráticos, casi los mismos que hoy cacarean desafinadamente, alzó su voz para denunciar esta atrocidad y ninguna, que a lo largo de 18 años cometieron contra esta idea. Prohibieron su nombre, sus fotos y las de todo el resto.
Sesenta años de una idea.
Terminó siendo bandera. Sigue siendo bandera y ejemplo. Los tiempos han cambiado, tal vez ahora habría que volver a pensar nuevas pautas, nuevas formas de entender la política.
Asomarse a su fervor para desentrañar desde ahí nuevas posibilidades de una asignautra pendiente.
Pero por el momento, se va cumpliendo. Se van cumpliendo de a poco, ciertas esperanzas.
Mientras los especuladores esperan y especulan maldades. Se siguen amontonando memorias. Eva Perón en el imaginario popular, es una constante. No se ha desdibujado con el paso de los años ni se ha opacado con el transcurrir de la historia.
Sigue siendo una mujer que fue al encuentro de su historia, siendo muy joven y que murió, todavía joven enamorada de una idea superadora para una sociedad más justa.
Pienso.
Nos ha costado mucho llegar hasta acá. Muchos muertos, demasiados tal vez. Desaparecidos, bombardeos, persecuciones, exilios y cárceles. Traiciones y cambios de bandos, acumulaciones de dolores y olvidos tenaces.
Este país a lo mejor no es el mejor de los mundos posibles. Pero esa larga lista de la memoria, la nuestra, hace que sea hoy el escenario de un nuevo enfrentamiento. Mientras la economía mundial se desgaja en pos de los dueños del dinero y se promueve el saqueo en países hasta ayer del primer mundo, este, poco a poco, va desenrrollando políticas más profundas, vínculos insoslayables de inclusión social. Protección para los desprotegidos.
Entonces los anti, los contreras, los clases medias como la gente, despotrican. Claman castigos eternos para estos negros de mierda que arruinan tanto paisaje bucólico del mejor país del mundo. Mientras estos tiranuelos de papel, sueñan con escarmientos irreversibles y anticipan el desánimo a chorros, ese otro país, comienza a recibir lo que se merecen desde hace décadas.
No es infalible. Algunas cuestiones no funcionan como debieran. Faltan cosas. Eso es claro. Pero lo cierto que esto que tenemos hoy, es infinitamente superior a lo que hemos tenido hasta hoy.
¿Es peronismo?
Ya ni siquiera esta especulación se puede discutir hoy con cierta honradez. No importa.
En todo caso es una discusión a dar para buscar los rincones de este pensamiento nacional que late en cada uno de los gestos.
¿Discutir? En todo caso pensar en esta coyuntura el relato que hay que formalizar, la línea que debemos descubrir entr todos.
Mientras tanto.
Los dueños del poder siguen nerviosos. Saben que deberán confrontar, pero por el momento no tienen con qué o quién hacerlo. La política es otra cosa y no pasa por ellos, afortunadamente.
Y agrego.
Ayer. Cuando parecía un martes más, nos volvieron a sorprender gratamente.
Había un billete, el de cien pesos, que venía con la cara de uno de esos generales genocidas que tanto hubo en este país. Un generalito, bajito, zumbón y una especie de Napoléon Bonaparte de municipio, que enfrentó valientemente a los pueblos originarios del sur del país. El con su ejército, armado por ingleses de prosapia, con fusiles y cañones, derrotó, cuando no, a un pueblo desarmado. Dueños de la tierra que habitaban.
Masacró, este generalito a indefensos como siempre suelen hacer los militares en su escuela patriótica.
Tuvo, obtuvo agradecimientos. Una presidencia del país, estatua y bronces. Hasta los saqueadores de este país, antes de llevarnos al "corralito", allá por finales del siglo pasado, tuvieron la ocurrencia de poner su carita en un billete.
El general Roca, el genocida, entonces tuvo su corolario en ese billete de cien pesos.
Ayer. Entonces y de nuevo, este gobierno volvió a demostrar por donde pasa la historia. Desde ayer los cien pesos llevan el rostro de Eva Perón.
Ya protestan los de la alcurnia. Ya protestan los fanáticos de la sangre patriota. Ya esgrimen sus opiniones. Se enojan y patalean histéricos. Dicen "Vergüenza", hablan en su miedo de "Tiranía", el espanto es total. Una injuria para con el recordado héroe de película cómica que hizo desaparecer a miles de indios en el sur argentino.
Está bien.
Si se enojan tanto en su anti todo, que no los usen. Que tiren estos billetes a la basura, que los quemen en la pira pública que quieren emplazar todos los días y a todas horas.
Lo que no saben estos enojados y cobardes de siempre, que uno una vez dijo que la víscera más sensilbe del ser humano siempre es el bolsillo de ese ser humano y algo conocía de las personas.
Que quemen entonces los billetes si se atreven y son tan valientes.

1 comentario:

  1. Amén.
    Se que en España empiezan a circular correos difamatorios de vuestro presente, bromas y mentiras que se mezclan entre señoritos e indignados. Hacemos lo que podemos por ir explicando. Espeor que me hagan caso y te lean.
    Saludos y adelante!

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