En Zona

domingo, 6 de mayo de 2012

Lengua, lenguaje, habla

Domingo de fútbol en la cancha de Atlanta. Gritos y música popular que sobrevuela los techos de esta Villa Crespo de árboles frondosos y troncos robustos. Domingo entonces, de sol, de aire o viento tranquilo, la placidez de haber finalizado una semana con las características que vienen teniendo los días por esta ciudad.
Los vecinos se preparan al asado, carne y ensaladas para acompañar este día, voces y risas perdidas entre el murmullo insistente de un primer tiempo futbolero, que según se intuye, parece incierto, por el momento.
Entonces me pongo a pensar y pienso.
La lengua es fascista porque, más que impedir decir, obliga a decir sin que podamos evitarlo. Por eso, a lo mejor esta ciudad es como un gran gabinete, un inmenso laboratorio de la palabra. Confluyen decires, a lo mejor iguales pero que significan lo opuesto. Cada grupo elabora su propio lenguaje. El lunfardo estalla cada dos palabras. Se entiende al otro, al que viene de fuera, pero se le habla en otros términos. Es obvio que hablamos para comunicar, pero también es cierto que lo hacemos para ocultar, para dejar sin decir. Tal vez, porque nuestra habla exterior tiene detrás un flujo convergente de conciencia articulada,  descubrimos que el lenguaje no es ningún vehículo de pensamiento alguno sino el medio que lo condiciona y determina, por eso pensamos y sentimos como impone la lengua. De ahí que cuando leemos desciframos y cuando hablamos solo traducimos. Entonces el lenguaje vendría a ser el tercer mundo situado entre dos concepciones un mundo empírico y las estructuras de nuestras conciencias.
Digo.
Me encuentro en una cudad en donde todo tiene nombre y sobre ese nombre, se nombran infinidad de cosas. El habla se transforma a cada paso, se desprenden constamente diferentes modelos de palabras que se emplean a diario. No un habla secreta e impenetrable, sino algo plástico que permite la penetración a cualquiera, ya que la frecuencia y la designación realizan el trabajo por nosotros. Asimilamos y decodificamos las palabras, que se incorporan a nuestro decir.
Entonces uno se mueve por una ciudad, en donde todo parece formar parte de una fantasía, de una ciudad irreal, en donde nos mezclamos todos, buscando a lo mejor esas respuestas que esperan por nosotros a la vuelta, siempre de la próxima esquina. Así, entre el ajetreo diario, entre la velocidad que imprime en cada uno de nosotros esta ciudad y que nos hace a nosotros socios de ella. Así vamos, desafiando cualquier tipo de querella, buscando los motivos de tanto abandono, de tanta dejadez. Así los habitantes de esta ciudad, van rumiando sus quejas, sus enconos. Los hay de toda ralea. Adictos o contrarios. Los que apoyan y los que rechazan cualqueir tipo de gesto. Los que vaticinan el infierno a corto plazo y los que defienden este espacio creyendo que es el paraíso.
Los que se suman a una nueva corriente política, que inunda toda conversación. Que impregna todo a su paso, no dejando a nadie indiferente. El tema es la discusión.
Dejar claro el punto de vista. Si el gobierno hace mal o deja hacer a otros. Si este gobierno es una tiranía que nos está robando lo robable o si este gobierno por fin, hace cosas que tienen que ver con nosotros, con esa forma de ser, con ese sentimiento profundo de toda repación posible.
Pienso.
Salgo a caminar. Todos los días lo hago. Camino infatigablemente. Escucho voces, palabras, oraciones que se reagrupan dentro mío. Esquivo las discusiones y las pólemicas, como si siguiese siendo una especie de extranjero que no tiene demasiados conocimientos sobre la realidad de este país. Me hago el zonzo, el tonto y disimulo.
Creo que algo subsiste dentro. Me impresiona el encono y el rencor que sienten ciertas personas ante el diferente. La persistente certeza de que el otro es siempre el enemigo. Ahora que por ejemplo YPF ha vuelto a ser lo que era, es, según dicen algunos trasnochados para robar más y mejor que antes. Cada palabra que surge desde el poder, inmediatamente es traducida como lo contrario y así se montan en ese odio, que genera, que generó siempre el peronismo. Salvo cuando los blanquitos de siempre y sus socios, vieron en el peronismo domesticado y traidor de ese momento un gobierno como la gente. Como el que ellos querían.
Porque en definitiva un liberal con miedo es siempre un fascista.
Entonces desde esta ecuación, elaboran sus odios de clase, sus predicamentos en contra de aquellos que no se les parecen ni tienen tan buenas costumbres como ellos.
Me encajo en "Love Lives" de Black Dub de su último disco. Vuelve el color, más color a esta ciudad, que me camina por el cuerpo a cada minuto. Un disco intenso y que se deja escuchar mientras se recorren barrios misteriosos. Gran invento este de los cascos o auriculares y llevar la música a cuestas. La vida es distinta, o por lo menos suena diferente al de nuestra adolescencia en donde para escuchar música, debíamos esperar que los mayores no estuviesen cerca o el cuarto de algún amigo o amiga, con tocadiscos a su disposición. Llevando a cuestas los discos bajo el brazo para compartir ese minuto de gloria o milagro, que se destilaba por algunos de los surcos de esos discos, que siendo stereos sonaban como lata. Vuelvo a Black Dub. Un disco interesante y lleno de música que alegra el corazón o por lo menos el mío, que siempre anda sediento de placer y de emociones nuevas para demostrarme a mí mismo que sigo vivo y que sigo buscando siempre como cumpliendo una vieja promesa de no dejar ni por un instante que el prejuicio me gane, me ponga un velo sobre ese placer que en el fondo es solamente el de seguir vivo y entre los vivos asi se puede seguir con esta cuenta, que tiene mucho de memoria, de formación y de rebeldía.
Porque uno, yo, en este caso intento seguir  sin conformarme, sin aceptar el lazo en el cuello ni el freno en la boca. A lo mejor ahora más sereno por una cuestión cronológica, pero con las mismas, creo, agallas de siempre para intentar destrabar tanta cosa mojigata.
A lo mejor siempre uno debe vivir suelto. Ligero de equipaje, con pocas cosas a cuestas. En silencio o a los gritos, tratando de ser uno de los mejores. Aunque esto, a veces sea un dilema en sí mismo.
Vuelvo a los Black Dub, ahora me suena en el centro de la cabeza "Ring the alarm" y se me desboca el corazón y sonrío, se que sonrío porue los que vienen de frente me miran sorprendidos y se desubican y hay hasta quien se molesta con este tipo alto de anteojos verdes, que les sonríe desde la nada.
Digo.
Acaba de ganar el socialista en Francia. Sarko se va por fin de la política con su Carla Bruni e hija a algún sitio hasta que alguna gran empresa o banco le ofrezca su merecido puesto de asesor.  Hollande no es la garantía de nada. Seguramente traicionará como suelen hacerlo los socialistas y que tan bien lo vienen haciendo desde la fundación de la socialdemocracia hasta nuestros días.  Esa es su historia en la historia de las democracias. No, no es consuelo. Pero de allí, ya se sabe, nunca más saldrá nada.
Mientras tanto el domingo se desenvuelve tal cual estaba previsto. Se viene la justicia para los fusilados en Trelew, allá en agosto de 1972. 16 hombres y mujeres fusilados sin juicio pero si con condena, rematados en el suelo y simulando después un intento de fuga para justificar la barbarie, la única barbarie que carece siempre decualquier tipo de justificativo.
Cuarenta años pasaron. Pero todo llega.  
La certeza de haber dado todo por un país para todos. Más justo, más solidario. Algo que de a poco vamos viendo hoy aquellos que logramos atravesar el fuego y llegar a este presente, en donde la memoria es una especie de artículo de lujo y donde uno, yo, la cuido a destajo como a mis plantitas de albahaca que me van creciendo en el balcón.Porque como decía la canción, pagarán su culpa los culpables y de eso se trata de que ninguno de estos hechos quede impune. Que sepan, estos viejitos, que los vamos a ir a buscar para que declaren y sean condenados. Aunque simulen los muy valientes defensores de la argentinidad, enfermedades o estados delicados de salud que a la larga ni a la calle podrán asomarse sin recibir la condena. De a poco, esto que parecía un disparate no hace muchos años, es un mensaje claro que el inconsciente había ido perfilando a lo largo de estas décadas de democracia y de lucha. 
Aprovecho.
Ya que estamos y viajando por esta nube extraña, descubro una foto que nunca había visto. El calzado del comandente Che Guevara que llevaba cuando lo capturaron y que fue escamoteda después de su asesinato en Bolivia para que las mentiras divulgadas en torno de él, no se viesen empañadas por esta imagen. Me quedo entonces con el ejemplo del Che para mí.
El que quiera y el que pueda que saque sus propias conclusiones, ya va siendo hora de comenzar a desbrosar tanto prejuicio inútil y cínico, ya va siendo hora.








1 comentario:

  1. Martín, compañero, ¿dónde puedo pagar por los derechos de tu "un liberal con miedo es siempre un fascista"? La necesitaba urgentemente estos días.
    Ahora mismo salgo la calle a arrojársela a unos cuantos.
    Saludos, hermano, desde un pueblecito de los Urales.

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