En Zona

martes, 11 de septiembre de 2012

Las alamedas

Fue así. Fue un 11 de septiembre, llegaron los aviones y bombardearon una casa de gobierno. Asesinaron la democracia y festejaron desde los lujosos hoteles, la victoria. Fue hace treinta y nueve años y el presidente elegido democráticamente muirió con las armas en la mano defendiendo una democracia. Una idea que todavía hoy me sigue conmoviendo.
Chile fue el primer paso de una ensayo general. Tres años después nosotros les seguiríamos los pasos.
Estúpidos.
Aquellos que hoy recuerdan, desde estas latitudes otras cuestiones. Aquellos que durante el fin de semana se escandalizaran por los recuerdos de aquellas primeras bajas que sufrió el campo popular.
Aquellos que no creen que el neoliberalismo comenzó en este sur del mundo, a sangre y fuego. Era la única forma de llevarlo adelante, la única manera de someter los cuerpos, para después someter los estados o sociedades.
Fue así. Fue un 11 de septiembre.
Ni siquiera y que me perdonen los maestros reuerdo ya su día. Menos las torres gemelas y esa justificación para arrasar con medio planeta.
No. Me acuerdo de Salvador Allende y de su socialismo tenue. De esas contradicciones de la vía pacífica al socialismo que llevaba adelante.
Estúpidos.
La forma de derrocamiento del gobierrno elegido libremente, comenzó con las cacerolas de las señoras de los barrios más caros de Santiago. Protestaban por el desembarco del comunismo. También por ahí andaban los caminioneros, subsidiados por la embajada yankee. Señoras cornudas haciendo patria y pequeños empresarios, que cuando les conviene son trabajadores y cuando no, eso, empresarios opositores a todo lo que sea pagar impuestos y esas cosas.
Arrasaron a fuego e hierro. Asesinaron lo mejor de una patria y comenzaron a gestar, algo que hoy utiliza casi el mundo entero. Neoliberalismo rabioso.
Digo.
Este fin de semana, una revista saca en su tapa un dibujo. Es la presidenta de la república teniendo un orgasmo.
En esta ilustración fundada en el machismo, hay también una claudicación machista.
El pene. El ícono es el símbolo que sintetiza en sí mismo el mito, el mito aquí es que el varón es superior a la mujer, que el macho es trascendente y la mujer inmanente. Entonces el ícono del machismo es el pene.
Avanzo más todavía. Este ícono pene instrumento de sometimiento es muy útil a la derecha. Los ayuda a conservar el orden social que sostiene al capitalismo neoliberal más fanático. Orden social en el que no se celebra que la mujer tome puestos de jerarquía institucional a menos que ella anule en todo lo posible lo que la haga parecer igual al resto de las sometidas, que sí están obligadas a llevar la feminidad burguesa como baluarte a riesgo de sufrir todo tipo de réplicas, desde el desprecio hasta el asesinato.
Esta tapa es una expresión machista, pero claudica en la presencia del ícono del pene cuando la muestra a la presidenta sin ese elemento de sometimiento, pero sometiendo igual, como dice la columna de texto de la tapa: "La sumisión del otro ya es un requisito indiscutible de su liderazgo". Esa partícula "ya", habla de resignación. Es la resignación a poder ridiculizar a Cristina con alguna imagen que signifique que "la tiene adentro"
 Entonces para ilustrar con un ejemplo cómo el ícono cumple su función de síntesis, no necesitamos más que escuchar las expresiones orales. Y es casi simpático observar como al pene no se lo nombra directamente -como con el respeto a los dioses- sino por elevación. No pronunciarás el nombre de Dios en vano, dicen las religiones. Porque así el ícono pene resulta un instrumento de tortura, de castigo, de humillación, de sometimiento. Y no sólo a la mujer sino también al varón, y no precisamente desde la homosexualidad sino desde el machismo más férreo.
Asi me parece entonces, que con el ícono ajado, Esta tapa dice que los enemigos del gobierno han claudicado en la esperanza de que Cristina "la tenga adentro" y esto sólo puede haber sido por desesperación, por ansiedad, nunca porque hayan avanzado en su concepción machista rumbo a aceptar la liberación femenina. La intención es ofensiva, agresiva.
Agreden desde la ramplona institución del machismo marchito. Se dejan llevar por la ira. Una mujer los gobierna y para colmo de males, una mujer  venida desde ese espanto que es el peronismo.
Digo.
A veces, tengo el presentimiento de estar viviendo demasiadas cosas a la vez. Todo es dinámico, se mueve a grandes pasos. Se disputa el poder desde esa violencia ejercidad desde los medios de comunicación, que aterra al hombre o la mujer de a pie. Al ciudadano desnudo.
Se violenta desde la oposición, se busca el quiebre, aglutinar fuerzas. Oponerse desde la nada. Porque, del otro lado del poder el vacío es el síndrome. Es la nada y desde ahí no se construye.
Salen a cacerolear, aireadas mujeres cada vez, que la otra habla por cadena nacional. Salen a insultar porque no puden comprar dólares, sin embargo hay cada vez hay más argentinitos que salen de turistas por el mundo. ¿Contradicción? No, no me parece.
Leo en estas esperas, el último libro de Pilar Calveiro "Violencias de Estado". Lo leo como un policial negro, me arrastra desde el fondo de su lectura a precisiones sobre el poder de violencia que ejercen los estados para seguir sosteniendo ese algo difuso. Entonces descubro que la crítica al autoritarismo debe pasar indefectiblemente por una crítica al capitalismo. Gracias a Pilar Calveiro me adentro en esta narración. Porque es a través de estas páginas en donde me relaciono con el concepto de la estrecha relación existente entre globalización y totalitarismo. Allí, de allí que este relato hable de esa violancia hermanada a los estados nacionales ya que estamos ante una hegemonia violenta, tecnológica y racista. Porque de alguna manera, nosotros, los países periféricos hemos seguido los modelos de los países centrales. Pero desde esa periferia que habitamos y ya lo he dicho más arriba, es de donde surgen o se preanuncian esos nuevos modelos económicos, políticos y represivos que luego, hoy terminan diseminándose por el centro. Ese centro deslumbrante, que nos encegueció durante siglos.
Entonces si comprendemos que esta nueva fase de acumulación capitalista requería como requirió liberar a la economía de las cargas del estado social que se agotó en los años '80, para ello se debía el control hemisférico indiscutible.
Saquen conclusiones.
El libro es un recorrido sobre ese horror, ese descubrir los momentos de este mundo que atravesamos. Gran lectura, que obliga a pensar y que me lleva a formular más preguntas en torno de este presente en donde asistimos, desde la periferia a ese estremecimiento de cuerpos que configura a su manera el futuro que viene a nosotros.
Me preparo mate. Hablando de mate. Nunca entendí el chiste: "tomamos mate o...", jamás logré asimilar el chiste. Me lo han explicado, pero nunca pude adentrarme en esa selva de la doble intención. En fin.
Disgrego. Me disperso.
Me duele el pie. Me duele el cuerpo. Voy haciéndome sombra.
 En este andar, vaya la imagen, a veces me quedo sorprendido por estos días tranquilos que anticipan la primavera. Días de sosiego pero también de inquietudes.
De relatos entrecortados, de velocidades no aptas para incautos. De discursos contradictorios y casi secretos. De algunas ganas que me anda pidiendo el cuerpo y otras impunidades por el estilo.
Mientras tanto distraigo el cuerpo con buena música como siempre.
 Disco increíble, de una musicalidad poco frencuente y grabado allá por comienzos de los años sesenta. Yusef Lateef haciendo de las suyas en "Eastern Sounds". Disco memorable y casi necesario para disfrutar. Disco grabado durante el año 1961, acompañado por el notable pianista Barry Harris, que siempre merecerá de toda nuestra atención. Vuelvo. Disco que hará que muchos que desconocen el jazz se vuelquen a el, con este disco. Impecable, sinuoso y pleno de una vitalidad que muchos, pero muchos años más tarde siga sonando como si hubiese sido grabado anoche en algún bodegón perdido. Lateef fue, y creo que sigue siendo, uno de los más grandes saxofonistas de este mundito complejo y casi final que habitamos. Solamente con la audición de "The Plum Blossom" tema con el que abre este trabajo ya vale la pena todo lo demás. Sin embargo hay más, mucho más. son nueve canciones o piezas o como quieran llamarle, que desprenden, cada una a su tiempo, innumerables destellos de talento de este hombre que enseña algunos de los caminos del jazz. Notable entonces este encontrarse con el bueno de Lateef en una tarde de sinceridades porteñas. Cobijadito entre sus pliegues, me dejo llevar por una demostración de talento y solvencia, como pocas veces se puede encontrar. "Don't Blame Me"; " Chinq Miau" son algunas pistas que deja este disco en lo que a altura creativa se refiere. Disco entonces colosal y justo para aquellos que buscan nuevas sensaciones a la hora de buscar siempre nuevas sensaciones. Sino, no.
Digo.
Son muchos los años transcurridos desde el asalto a la casa de gobierno de Chile. Son demasiados los muertos que ha dejado en su camino este proyecto para América Latina. Latinoamérica. Son demasiados años de dolor, de espanto, de miedo.
Hoy que recién estamos sacando la cabeza de entre tanto sufrimiento, lo hacemos con gobiernos diferentes a lo que esperábamos por aquellos años. Los tiempos han cambiado.
Lo tiempos están cambiando. A lo mejor desde esa soberbia petulante, algunos no tomamos en serio estos caminos por los que transitamos. Creemos, a lo mejor equivocados, que es demasiado sencillo vivir lo que ocurre en estos momentos. A lo mejor comparamos.
Y no está bien hacerlo. La política no pasa por comparar. Pasa por el hacer, por el llevar adelante esas mismas políticas que posibiliten incluir mas a más personas. Por devolverles la dignidad a aquellos a quienes se la arrebataron.
Por eso hoy, me acuerdo del "Chicho". Tal vez se equivocó al creer que su socialismo y la democracia bastaban en aquellos días para modificar cosas. Tal vez Allende, también se dió cuenta de esto y por eso eligió defender, no a su gobierno, sino un sistema.
Y lo hizo, combatiendo a esa antipatria carnicera, que lo primero que llevó adelante fue el recorte de salarios, el cierre de fábricas y la quema de una historia de dignidades.
Lo mismo que hoy viven los países del centro desarrollado, sin dictadores ni bayonetas. Salvador Allende murió en defensa de todos nosotros.
Algún día volverá a caminar por esas alamedas liberadas. algún día, pagarán su culpa los traidores. Mientras tanto, a treinta y nueve años del asesinato, yo, me planto y recuerdo esta historia, nuestra, territorial y querida a pesar de todo el dolor que derramó por el contienente en su momento.
Un abrazo y hasta la victoria siempre!






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