En Zona

domingo, 16 de septiembre de 2012

Lo pendiente


Es en ese correlato de emociones, de encuentros furtivos, desencuentros programados. Es esa mezcla explosiva de amores latentes, que esta ciudad desprende a cada paso.
Ciudad de fantasías, que uno surca como un barco viejo en un océano enfermo. Uno se desprende de la emoción y la ternura lo guía a uno, a mí, hacia una esquina de un barrio suburbano y de golpe, descubre un rastro.
Ahora. Aquí y ahora.
Discuten los que discuten tonterías oficiales, si un adolescente de 16 años está habilitado para votar. Pregunta rara entre tanto infierno.
¿Lo están?
Hace tiempo, mi hija menor, Ana, iba a un colegio que se llamaba "María Claudia Falcone", que creo lo cerraron hace ya tiempo o la cambiaron de dirección, no se muy bien. Pero ella, María Claudia, cuando la secuestraron de la casa de su tía abuela tenía nada más que 16 años.
Es decir si no hace mucho tenías edad para ser asesinado por el estado. Para ser secuestrado, torturado, violado y finalmente desaparecido por el estado terrorista, plantearse hoy la discusión sobre si los de 16 años están capacitados para votar es francamente hipócrita. Un debate falso. Mentiroso. Mezquino y sin ningún tipo de contenido moral que lo sustente.
Digo.
Animal de baldío, memoria, comés pastos que no crecieron más.
Aquel 16 de septiembre se llevó a cabo "La noche de los lápices". Eran estudiantes, todos ellos. Mientras en el país se decretaba luto obligatorio, ellos, desde sus colegios salieron a luchar por la dignidad. Eran pibes y pibas, que militaban en política. Decir lo contrario es desnaturalizarlos.
El debate que hoy sigue su curso de locura desnuda, nada tiene que ver con ellos.
Luchaban por nosotros, por los otros, por todos. Pedían por el boleto estudiantil. Como ocurre en este tipo de historia, el terrorismo era el del estado. Como ocurría siempre por aquellos años, fueron de noche en jauría, fueron muchos armados hasta los dientes, destruyendo todo lo que había a su paso, confiscando la dignidad, mordiendo las memorias. Fueron muchos los que por aquellos años, prefirieron callarse, mirar hacia otro lado. Distraerse y simular.
A veces desde los costados más estúpidos, los estúpidos de siempre relativizan, vuelven todo trivial, lo hacen mediocre. Le meten miedo al resto con sus análisis mediáticos. Insisten en meterle blandura a los corazones desprevenidos de aquellos que aún confían en las medios de comunicaciones.
Porque si desde los medios se debate, es desde esa llanura de ideas que son siempre los medios de comunicación. Esa igualdad de ideas, que depende de un tipo que siente que interpreta a la sociedad en su conjunto y que como jefe de redacción dispone los temas que supuestamente interesan a todos. Una especie de diosito a sueldo, que destraba y traba el complejo mecanismo de la información..
Si los intelectuales han ocupado su sitio en los medios de comunicación, no es para elevar el tono, sino para cobijarse en un sector que detenta el poder, cobrar un sueldo y sentirse protegidos.
De ahí que estos países y creo yo, todos, deben dar la batalla en contra de estos ejércitos de palabras sin sentido que siempre fueron los medios de comunicación masivay que en definitiva son, siguen siendo instrumentos de dominación globalizados en contra de los habitantes de esos pueblos y al servicio de los poderes de facto.
Digo.
Hoy se que la historia carece de sentido muchas veces, que está atravesada por un choque radical, que no hay nada que lleve a la historia necesariamente a cumplir tal o cual proyecto. Creo que un proyecto se cumplirá en la medida el que el deseo de ese proyecto se sostenga, en la medida en que la apuesta por ese proyecto se sostenga y supongo, intuyo, que nunca esa apuesta está garantizada por la historia.
Hago un punto.
Me preparo café, la noche será larga. Hoy es sábado 16 de septiembre de 2012.
Mejor hago café.
Vuelvo.
¿Por qué será que a pesar de la globalización persisten las condiciones coloniales que siguen produciendo pobreza y racismo?
¿Será porque en este continente la memoria siempre es política? Me hago estas preguntas, mientras me distraigo con una magnetsimo en forma de música.
Es el último disco de Tin Hat, una demostración de talento profundo, audaz, desprejuiciado. Estre disco, me llevó a buscar
otros y todos son perfectos. Este "The Rain is a Handsome Animal" basado en poemas del poeta E.E.Cummings, lleva la impronta de una música plena, música del siglo XXI. Carla Kilhlsted, Mark Orton, Ben Goldberg y Rob Reich alimentan esta locura singular con un talento que demuele conceptos, derriba esas paredes viejas que los viejos de corazón andan levantando por doquier para impedirnos ser felices mortales. Vuelvo a escucharlo con detenimiento, con placer profundo. No es un disco fácil. Tiene una cierta levedad que asombra, pero no es oscuro ni rígido. Rescata sonoridades que vienen de los costados profundos de las memorias de los pueblos.
Entonces recorriendo ese margen que se cristaliza en la música, Tin Hat reviste el sonido con un talento que conmueve. Se hace profundo y envuelve. Es un disco que deja sin aliento, que enarbola el buen gusto de sus arreglos para dejar sentada esa capacidad que sigue teniendo la música a pesar del estado de cosas que a veces nos rodea.
Me dejo llevar por la música.
Es de noche. Sábado por la noche, los duendes como los gatos transcurren bajo la luna porteña. Se perciben los ronroneos de gatos difusos buscando el amor.
Digo.
El capital nos invita todo el tiempo a colocarnos sobre su terreno: si aceptamos la invitación, perdemos antes de empezar cualquier intento de lucha. Desde ese rincón debemos saber que nuestra memoria es la herramienta para construir. En términos tradicionales la única fuerza de producción es la fuerza creativa del hacer humano y así, las relaciones capitalistas de producción luchan todo el tiempo para contenerla.
Este período de acumulación capitalista, de reorganización de la hegemonía es posible desde la instalación de políticas expoliación imperialistas que prevalecen en esta supuesta globalización liberal autoritaria.
De ahí que la crisis capitalista que hoy estremece al mundo entero, tenga su centro de fuga en ese mismo centro desarrollado que se desborda y que parece incontenible en su carrera enloquecida cercenando derechos, eliminando obstáculos, sometiendo a nuevas y variadas formas de esclavitud.
Me distraigo.
En momentos más comienza la pelea de "Maravilla" Martínez, el tercer mejor boxeador del momento, en Las Vegas. Me gusta el boxeo, siempre me gustó. Pero reconozco que es una especie de sentimiento animal. Si esta noche gana el argentino, será memorable y si pierde, habrá sido un buen sueño. Pero verlo moverse por el ring, es uno de esos raros placeres primarios que poseo y que de tanto en tanto, me asaltan y me dejo llevar por ellos a cualquier sitio que me quieran llevar.
Amigos me voy a ver la pelea.
Mañana, mañana será otro día.
Saludos cordiales.


1 comentario:

  1. Difícil contarlo mejor.
    Rebuscando en la memoria, creo que "La noche de los lápices" fue la primera referencia a la historia de Argentina que tuve de niño. Claro está, aquella era otra España y a la gente se le hablaba de esas cosas.
    Hoy llega la malignidad de Cristina, los infortunados que no pueden comprar dólares... "las masas" con sus cacerolas contra la dictadura... bueno, lo de siempre.
    Un abrazo compañero!

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