En Zona

sábado, 18 de agosto de 2012

Los vigilantes de siempre

Descubro o mejor dicho compruebo las razones de estado que siempre esgrimen los lúmepenes de la derecha criolla para prohibir, perseguir o directamente eliminar todo tipo de oposición. Este alcalde de opereta que se han dado los porteños, a veces confirma esos negros presentimientos arraigados en el hacer de los habitantes de esta ciudad.
Este Bonaparte de municipio acaba de lanzar una línea para que los ciudadanos prominentes de esta ciudad denuncien el accionar político que ocurre en los colegios. Es decir acaba de poner una línea de teléfono para la delación.
La politización en los colegios debe ser prohibida, dicen los hombres de bien de esta comunidad. Impedir el adoctrinamiento en los ámbitos académicos o colegiales. Impedir que los niños descubran las miserias y traiciones de sus mayores. Privilegiar con un llamado de teléfono el castigo y la persecución.
Llama la atención, ¡bah! en realidad no tanto, que este pequeño dictadorcito de juguete haya ganado por el sesenta por ciento de los votos y que entre sus ocurrencias figuren tener una policía propia, centros de inteligencia propios, esto en realidad es un contrasentido, porque la inteligencia nunca campeó a sus anchas entre los lúmpenes de esa derecha acriollada. Sigo con un aparato represivo a su gusto, ahora sale a impulsar la delación como arma fundamental para oponerse a la creciente politización de los jóvenes argentinos.
Sus tropas acaban de asaltar el Hospital de Salud Mental Borda, para quitarles unos terrenos, ya que parece ser los enfermos mentales no tienen porque andar caminando por los jardines. Lo hace porque en esos terrenitos robados, piensa instalar un centro comercial o le debe algún vuelto a algún de los empresarios amigos que tanto tiene y tanto lo quieren.
Es rancio. El olor es rancio.
Los chicos y chicas y los no tan chicos, aplauden a este palurdo, porque es gente bien, como ellos. Son la última defensa, la última barricada en contra de la barbarie imperante.
Me preparo el mate y dejo por un momento.
 ¿Por qué nos sigue perturbando la persecución casi a pertetuidad de intelectuales, artistas, militantes, delegados gremiales, habitantes originales dueños de las tierras? ¿Por qué la noticia sobre tres chicas rusas condenadas por una demostración de repudio a un gobierno no nos estremece tanto como para revolvernos de furia? Ellas son Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y Yekaterina Samutsevich, formaban o mejor dicho forman parte de un grupo de rock llamado Pussy Riot, acusadas de vandalismo y por ofender a la sagrada iglesia (siempre con minúsculas). Seguramente esto estará mejor explicado en el blog: http://suburbiomoscovita.blogspot.com de mi entrañable amigo Enrique. Seguramente él, podrá dar las coordenadas del estado de cosas que se viven en Rusia de estos días.
Yo mientras tanto, me sumo a la condena de todo intento de tratar de retrotraer todo al pasado más miserable y cruel que ha vivido el mundo.
Digo.
Toda persecución siempre es pensada para acallar las voces disidentes que se elevan en la protesta. Toda eliminación física de esa oposición siempre se hace con la complicidad de los poderes sagrados del estado. ¿Importa saber qué tipo de música hacían estas músicas rusas? ¿Importa? Protestaban contra Putin y su manera tenebrosa de hacerse con todo el poder de esta Rusia.
La ambivalencia de los medios, argentinos, a la hora de confeccionar la "agenda" como dicen los domesticados, es por supuesto enemiga. Los medios de este país no son neutrales, militan a favor de los grandes monopolios económicos. Sustentan a ese alcalde llamado Macri como adalidad de la recuperación democrática que ansía el país.
Aplauden la posibilidad de la delación algo que han hecho siempre por otra parte. Alaban la idea de que sean los buenos padres y buenas madres, las que delaten, quitándole todo el peso a las autoridades, ya que ellos, solo actuarán con la denuncia anónima efectuada a través de una línea de telélofo.
¿Qué vendrá después? ¿Un auto sin identificaciones visibles siguiendo a esos militantes políticos? ¿Edificios también sin identificar para el interrogatorio?
Son muchos puntos los que me mueven a suponer que con la derecha no hay diálogo posible. Que ellos, sin ningún lugar a dudas, siguen queriendo el fuego purificador de la inquisición.
Los argentinos, alguna vez creímos firmemente en los códigos. Uno de ellos, era el de no delatar jamás a nadie. La tarea de la policía la tenía que hacer la policía.
Camino por esta insensata ciudad y descubro esta pintada. El pueblo Qom, un pueblo originario, dueño de las tierras que habitaban desde tiempos lejanos, un buen día fueron desalojados por la patota policial del gobernador de la provincia. Formosa se tiñó de sangre. Ellos, reclamaban por su tierra, pero los negocios de las autoriades provinciales pasaban por otro sitio. No hay intercambio, solamente balazos y la complicidad del estado argentino con estos asesinos. Aplausos de los hombres de bien, sonrisas por ese escarmiento hacia los dueños de la tierra.
La dignidad nunca se negocia.
Ellos, bajaron a Buenos Aires y consiguieron a regañadientes algo de lo que le habían robado. El gobernador, bien gracias, casi felicitado en secreto. Protegido y derivado al olvido lo más rápido posible. Los periódicos argentinos, silenciaron todo y la cosa, quedó ahí.
Pero los Qom, siguen latiendo en sus reclamos. Cada pueblo originario, los que los blanquitos del puerto, los porteñitos que manejan taxis y que son por fin, gerentes de la nada, los siguen llamando indios con ese desprecio característico y vivillo de los amantes de los bucles justificatorios.
Y debo decirlo aunque sea porteño. El porteño es racista. No lo era hace mucho, cuando recibía con los brazos abiertos a todos. Cuando hacía de la hospitalidad una especie de rito. De la solidaridad un medio de vida.
Pienso.
Mientras amaso pan y miro por la ventana de mi cocinita porteña. Queda mucho por hacer, mucho camino por recorrer. Mucha injusticia por erradicar. Un trabajo notable, arduo pero obligatorio para tratar de consevar un poco de esa ambición necesaria para fraguar o por lo menos intentar hacer un mundo mejor, más justo y por lo menos más en consonancia con esa dignidad que decía, no se negocia.
Pongo un poco, un poquito de música. No me abandona este amor y no abandono esta pasión. "Yellow Moon" de los hermanos Neville grabado hace algunos años atrás y con la producción del notable Daniel Lanois. The Neville Brothers querían grabar un disco diferente a todo lo anterior que había hecho. En 1989 se reúnen con este músico y productor y así organizan un disco de una rara belleza, que permanece en el aire desde siempre. Doce canciones en total, dos de ellas de Bob Dylan, que luego llevarían a éste a grabar con Lanois en Nueva Orleans el insuperable hasta ahora para un servidor, "Oh Mercy", pero esa ya es otra historia. Vuelvo a "Yellow Moon". Disco inobjetable que arranca a los hermanos Neville del sitial en donde lo habían colocado los grandes medios. Hacen en este trabajo una música profunda, con sonidos que nada tenían que ver con los anteriores trabajos de los Neville y que después, tampoco supieron o pudieron sustraerse de las exigencias de ese mercado.
Escuchado el disco hoy, suena a Nueva Orleans, pero no con el sonido identificado y previsible que siempre se suele utilizar para hablar de esa ciudad.
Suena a negro. No festivo ni alegre, sino a ese negro profundo, de creencias también profundas y ancestrales. No hay primeros planos ni nadie sobresale por encima del resto. Hay música que desborda en todo el disco y bien vale la pena, tenerlo a mano para descubrir otros horizontes a la hora d ela buena música.
Dicho esto.
Me despido de ustedes.

1 comentario:

  1. Tú y yo vamos a acabar en Ecuador pegando tiros a los paracas que vengan a atacar por la frontera.
    Grande vuestro alcalde; casi tan bueno como nuestra Ana Botella.
    Sorpresa, no, no me sorprende nada. Me quedo frío, insensible, ya no me extraña.
    Esperando la chispa que nos haga arder a todos.
    Mientras, a ir poniendo en el terreno hierba seca.
    Un abrazo, y no te olvides de la petición sobre hacernos entender esas cosas raras e interesantes que están pasando en Latinoamérica.
    Un abrazo!

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